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              ES ADMC-006-FCE-V-C069-001-C · Item · [o] 2024-11-12
              Part of Colección Insumisión

              El encierro en la Facultad de Ciencias de la Educación en apoyo a Francisco Javier Batres "Frasco" finaliza con una conferencia en el salón de actos de la Facultad el 6 de mayo de 1991, donde Frasco se dirige a una multitud de estudiantes, profesores y medios de comunicación. En la mesa, junto a Frasco, intervienen otros miembros del Movimiento de Objeción de Conciencia (MOC), compañeros y compañeras de la carrera de Pedagogía, además de un profesor que muestra su apoyo. El acto está convocado por Comunidades Cristianas Populares, Juventud Cristiana, Movimiento Joven de Organización Católica, Coordinadora de Organizaciones Pacifistas de Andalucía, Congregación Pacifista de Andalucía, Bandera Negra, la Asamblea Okupa de Sevilla y el Movimiento de Objeción de Conciencia.

              Después de la rueda de prensa, Frasco sale del salón de actos acompañado de manifestantes. La marcha en su apoyo parte desde la Facultad hasta el Palacio de Justicia de Sevilla, donde Frasco se entrega en los juzgados. Durante la marcha, Frasco camina en el centro de la concentración, rodeado por sus padres, con el objetivo de protegerlo en caso de un intento de detención por parte de la policía, ya que está en condición de busca y captura. Muchos manifestantes llevan pancartas individuales en apoyo a Frasco y denunciando los procesos judiciales contra la objeción de conciencia en España. Cantan consignas como "Militares, parásitos sociales" o "Lo van a encarcelar por no querer matar".

              Al llegar al Palacio de Justicia, varios medios de comunicación se acercan a Frasco para recoger sus declaraciones, mientras la policía bloquea el acceso de los manifestantes al edificio. Los manifestantes responden formando una cadena humana en el exterior, pero la policía ataca a quienes están en la puerta de los juzgados. Al final de la concentración, se realiza una sentada en la puerta, donde se lee una carta firmada por Frasco. En ella, explica las razones políticas e ideológicas por las que se declara insumiso y denuncia la represión contra los insumisos en el Estado.

              Frasco es trasladado a la Cárcel de la Ranilla al día siguiente.

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              ES ADMC-001-FCE-TV-003-000-FCE-TV-003-007 · Item · [c] 1991-02
              Part of Colección Memoria de San Diego - Los Carteros. Sevilla (1973-2000).

              El 21 de enero de 1991 seis jóvenes fueron juzgados en Albacete por negarse a realizar la prestación social sustitutoria tras no haber sido declarados objetores de conciencia y no presentarse a hacer el servicio militar. En protesta, se realizó una manifestación antimilitarista frente al Palacio de Justicia de Albacete mientras se producían estos juicios.

              Untitled
              ES ADMC-001-DCM-V-009-000 · Item · 2021
              Part of Colección Memoria de San Diego - Los Carteros. Sevilla (1973-2000).

              Vecin@s de los barrios cercanos al Parque de Miraflores, cansados de esperar el comienzo de las obras por parte del Ayuntamiento, decidieron en 1991 ocupar y comenzar a rehabilitar una serie de edificios singulares que se encontraban abandonados.
              Esta acción fue coordinada por la Asociación Cultural y Ecologista Comité Pro-Parque Educativo Miraflores.
              El acontecimiento queda registrado en el informativo vecinal Habla San Diego, realizado por jóvenes de la Asociación de Vecinos Andalucía de San Diego y emitido mediante la red del vídeo comunitario del barrio desde finales de 1991 a comiezos de 1992.
              Las imágenes están comentadas por un grupo de estas primeras vecinas voluntarias del Parque: Rocío Pozo, Julia González, Reyes Morillo, Isabel Muñoz, Magdalena Cerdeira, Aurora Raposo y Manoli Moreno.
              El procedimiento para la recopilación de estos testimonios consistió en la creación de un grupo de WhatsApp con estas vecinas y donde el equipo de La Digitalizadora de la Memoria Colectiva compartió las imágenes del informativo Habla San Diego sobre esta ocupación.
              A partir de estas imágenes se desarrolló una conversación entre las hortelanas utilizando notas de voz que fueron posteriormente utilizadas para la edición de este vídeo.
              También se pudo incorporar una valiosa agrupación de fotografías, de la colección personal de Isabel Muñoz, que muestra los arreglos vecinales de estos espacios abandonados, así como el estado final en que quedaron estos edificios.

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              ES ADMC-018-MV-V-C031-006-C · Item · 1990
              Part of Colección Manuel Velasco Haro (1984-1995)

              Manifestación celebrada en Los Corrales (Sevilla) contra la Guerra del Golfo. Habla Rafael Montes Velasco, en la plaza Diamantino García, sobre el rechazo a la guerra. A continuación se celebra una manifestación por las calles de Los Corrales, donde los manifestantes llevan pancartas pacifistas y cantan consignas contra la OTAN.

              Las movilizaciones y protestas contra la guerra del Golfo en los años 1990 y 1991 tuvieron un marcado carácter social procedente de los grupos ya existentes en Andalucía como el Movimiento anti OTAN que anualmente protestaban en Marchas contra las bases de Rota y Morón y los movimientos antimilitaristas que se negaban a realizar el servicio militar obligatorio y la prestación social sustitutoria.

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              ES ADMC-018-MV-V-C031-003-C · Item · 1990-1991
              Part of Colección Manuel Velasco Haro (1984-1995)

              Una vez terminada la manifestación por las calles de Pedrera y tras las oratorias de los portavoces sindicales, se celebró una asamblea organizativa en la que las posturas de todos los sindicatos chocan con Comisiones Obreras. Intervienen en la asamblea: Francisco Campos, también conocido como "Tarzán", de Comisiones Obreras, un sindicalista de Confederación Nacional del Trabajo (CNT), Diamantino García Acosta y Juan Manuel Sánchez Gordillo, militantes del Sindicato de Obreros del Campo (SOC).

              Los vídeos que se poseen sobre este evento, siguen el siguiente orden cronológico:


              Por Manuel Velasco Haro.
              Entre Diciembre de 1990 y Enero de 1991, tuvo lugar la mayor huelga que se recuerda en el campo andaluz de las últimas décadas. Durante más de cincuenta días se paralizó la recogida de la aceituna por varias provincias andaluzas. El punto de partida fue Pedrera. A ella se fueron sumando con fuerza todos los pueblos de la Sierra Sur, y de ahí saltó a otras comarcas de Sevilla, Málaga y Córdoba.

              Las principales reivindicaciones fueron; un salario de 3500 pesetas, frente a las 3000 pesetas que se cobraban, (18 euros actuales), así como el derecho a un trabajo digno para las mujeres, ya que ganaban menos y en muchos tajos estaban excluidas.

              En esos casi dos meses de conflicto, largas caravanas de coches recorrían carretera a carretera, pueblo a pueblo, y tajo a tajo, para mantener el pulso a la patronal, que también organizó desde Estepa una campaña de contra- piquetes y esquirolaje para romper la huelga.

              Se vivieron muchos momentos de tensión, muchas asambleas en las plazas y locales públicos, muchas polémicas; entre quienes defendían que había que ganar aquella batalla y quienes estaban dispuestos a trabajar incluso por menos sueldo, con tal de no perder ni un día.

              Finalmente la huelga logró sus objetivos con enormes esfuerzos por parte de mucha gente. Los jornales de l@s aceituner@s experimentaron la mayor subida de la historia, muy por encima de todos los convenios firmados anteriormente por UGT y CCOO.

              Desde el primer momento, la patronal quiso marginar al SOC y a la CNT de cualquier negociación, los mayores impulsores de la huelga, para reunirse sólo con CC.OO y UGT, a pesar de que ésta última apenas participó, pero la presión de los pueblos era muy fuerte.

              En Los Corrales, al finalizar la huelga, la asociación juvenil Mandrágora compuso unas letras para el carnaval de 1991, que empezaban diciendo:

              “Se acabó la huelga ya de la aceituna,
              que por estos pueblos tanto ha dao que hablar,
              porque a bajo sueldo no cogían ni una,
              los aceituneros en la temporá.
              Por que cuesta mucho echar un talego
              y después el coche también hay que pagar,
              se ha puesto la gente pidiendo un arreglo,
              ¡ Que poco se gana harto varear!
              “¡Porqué! “, pregunta una mujer,
              que ella tenga que ser quien menos vale,
              y quien tiene que defender su condición,
              si va arrastrando por los tajos
              las rodillas y el riñón (...)"

              Untitled
              ES ADMC-018-MV-V-C031-002-C · Item · 1990-1991
              Part of Colección Manuel Velasco Haro (1984-1995)

              Manifestación por la Huelga de la aceituna, con el mismo recorrido que la primera que se celebró en esta huelga y que transcurre por las calles de Pedrera. Finaliza en la parroquia de San Sebastián, donde toman la palabra un sindicalista de Comisiones Obreras, un sindicalista de Confederación Nacional del Trabajo y Juan Manuel Sánchez Gordillo del Sindicato de Obreros del Campo.

              Los vídeos que se poseen sobre este evento, siguen el siguiente orden cronológico:


              Entre Diciembre de 1990 y Enero de 1991, tuvo lugar la mayor huelga que se recuerda en el campo andaluz de las últimas décadas. Durante más de cincuenta días se paralizó la recogida de la aceituna por varias provincias andaluzas. El punto de partida fue Pedrera. A ella se fueron sumando con fuerza todos los pueblos de la Sierra Sur, y de ahí saltó a otras comarcas de Sevilla, Málaga y Córdoba.

              Las principales reivindicaciones fueron; un salario de 3500 pesetas, frente a las 3000 pesetas que se cobraban, (18 euros actuales), así como el derecho a un trabajo digno para las mujeres, ya que ganaban menos y en muchos tajos estaban excluidas.

              En esos casi dos meses de conflicto, largas caravanas de coches recorrían carretera a carretera, pueblo a pueblo, y tajo a tajo, para mantener el pulso a la patronal, que también organizó desde Estepa una campaña de contra- piquetes y esquirolaje para romper la huelga.

              Se vivieron muchos momentos de tensión, muchas asambleas en las plazas y locales públicos, muchas polémicas; entre quienes defendían que había que ganar aquella batalla y quienes estaban dispuestos a trabajar incluso por menos sueldo, con tal de no perder ni un día.

              Finalmente la huelga logró sus objetivos con enormes esfuerzos por parte de mucha gente. Los jornales de l@s aceituner@s experimentaron la mayor subida de la historia, muy por encima de todos los convenios firmados anteriormente por UGT y CCOO.

              Desde el primer momento, la patronal quiso marginar al SOC y a la CNT de cualquier negociación, los mayores impulsores de la huelga, para reunirse sólo con CC.OO y UGT, a pesar de que ésta última apenas participó, pero la presión de los pueblos era muy fuerte.

              En Los Corrales, al finalizar la huelga, la asociación juvenil Mandrágora compuso unas letras para el carnaval de 1991, que empezaban diciendo:

              “Se acabó la huelga ya de la aceituna,
              que por estos pueblos tanto ha dao que hablar,
              porque a bajo sueldo no cogían ni una,
              los aceituneros en la temporá.
              Por que cuesta mucho echar un talego
              y después el coche también hay que pagar,
              se ha puesto la gente pidiendo un arreglo,
              ¡ Que poco se gana harto varear!
              “¡Porqué! “, pregunta una mujer,
              que ella tenga que ser quien menos vale,
              y quien tiene que defender su condición,
              si va arrastrando por los tajos
              las rodillas y el riñón (...)"

              Untitled
              ES ADMC-018-MV-V-C031-004-C · Item · 1990-1991
              Part of Colección Manuel Velasco Haro (1984-1995)

              Manifestación por la Huelga de la aceituna que discurre por las calles del pueblo de Gilena el 14 de enero de 1991, hasta llegar a la plaza de la iglesia, donde toman la palabran un sindicalista de Comisiones Obreras, dos sindicalistas de Confederación Nacional del Trabajo y Juan Manuel Sánchez Gordillo del Sindicato de Obreros del Campo.

              Los vídeos que se poseen sobre este evento, siguen el siguiente orden cronológico:


              Entre Diciembre de 1990 y Enero de 1991, tuvo lugar la mayor huelga que se recuerda en el campo andaluz de las últimas décadas. Durante más de cincuenta días se paralizó la recogida de la aceituna por varias provincias andaluzas. El punto de partida fue Pedrera. A ella se fueron sumando con fuerza todos los pueblos de la Sierra Sur, y de ahí saltó a otras comarcas de Sevilla, Málaga y Córdoba.

              Las principales reivindicaciones fueron; un salario de 3500 pesetas, frente a las 3000 pesetas que se cobraban, (18 euros actuales), así como el derecho a un trabajo digno para las mujeres, ya que ganaban menos y en muchos tajos estaban excluidas.

              En esos casi dos meses de conflicto, largas caravanas de coches recorrían carretera a carretera, pueblo a pueblo, y tajo a tajo, para mantener el pulso a la patronal, que también organizó desde Estepa una campaña de contra- piquetes y esquirolaje para romper la huelga.

              Se vivieron muchos momentos de tensión, muchas asambleas en las plazas y locales públicos, muchas polémicas; entre quienes defendían que había que ganar aquella batalla y quienes estaban dispuestos a trabajar incluso por menos sueldo, con tal de no perder ni un día.

              Finalmente la huelga logró sus objetivos con enormes esfuerzos por parte de mucha gente. Los jornales de l@s aceituner@s experimentaron la mayor subida de la historia, muy por encima de todos los convenios firmados anteriormente por UGT y CCOO.

              Desde el primer momento, la patronal quiso marginar al SOC y a la CNT de cualquier negociación, los mayores impulsores de la huelga, para reunirse sólo con CC.OO y UGT, a pesar de que ésta última apenas participó, pero la presión de los pueblos era muy fuerte.

              En Los Corrales, al finalizar la huelga, la asociación juvenil Mandrágora compuso unas letras para el carnaval de 1991, que empezaban diciendo:

              “Se acabó la huelga ya de la aceituna,
              que por estos pueblos tanto ha dao que hablar,
              porque a bajo sueldo no cogían ni una,
              los aceituneros en la temporá.
              Por que cuesta mucho echar un talego
              y después el coche también hay que pagar,
              se ha puesto la gente pidiendo un arreglo,
              ¡ Que poco se gana harto varear!
              “¡Porqué! “, pregunta una mujer,
              que ella tenga que ser quien menos vale,
              y quien tiene que defender su condición,
              si va arrastrando por los tajos
              las rodillas y el riñón (...)"

              Untitled
              ES ADMC-018-MV-V-C031-001-C · Item · 1990-1991
              Part of Colección Manuel Velasco Haro (1984-1995)

              Manifestación por las calles de Pedrera, que dio inicio a la Huelga de la Aceituna, el 11 de diciembre de 1990. Al finalizar, en la puerta de la parroquia de San Sebastián toman la palabra Diego Cañamero, secretario del Sindicato de Obreros del Campo, José Luis García Rúa, secretario de la Confederación Nacional del Trabajo y un sindicalista de Comisiones Obreras. Esta manifestación dio inicio a la Huelga de la Aceituna, el 11 de diciembre de 1990.

              Los vídeos que se poseen sobre este evento, siguen el siguiente orden cronológico:


              Entre Diciembre de 1990 y Enero de 1991, tuvo lugar la mayor huelga que se recuerda en el campo andaluz de las últimas décadas. Durante más de cincuenta días se paralizó la recogida de la aceituna por varias provincias andaluzas. El punto de partida fue Pedrera. A ella se fueron sumando con fuerza todos los pueblos de la Sierra Sur, y de ahí saltó a otras comarcas de Sevilla, Málaga y Córdoba.

              Las principales reivindicaciones fueron; un salario de 3500 pesetas, frente a las 3000 pesetas que se cobraban, (18 euros actuales), así como el derecho a un trabajo digno para las mujeres, ya que ganaban menos y en muchos tajos estaban excluidas.

              En esos casi dos meses de conflicto, largas caravanas de coches recorrían carretera a carretera, pueblo a pueblo, y tajo a tajo, para mantener el pulso a la patronal, que también organizó desde Estepa una campaña de contra- piquetes y esquirolaje para romper la huelga.

              Se vivieron muchos momentos de tensión, muchas asambleas en las plazas y locales públicos, muchas polémicas; entre quienes defendían que había que ganar aquella batalla y quienes estaban dispuestos a trabajar incluso por menos sueldo, con tal de no perder ni un día.

              Finalmente la huelga logró sus objetivos con enormes esfuerzos por parte de mucha gente. Los jornales de l@s aceituner@s experimentaron la mayor subida de la historia, muy por encima de todos los convenios firmados anteriormente por UGT y CCOO.

              Desde el primer momento, la patronal quiso marginar al SOC y a la CNT de cualquier negociación, los mayores impulsores de la huelga, para reunirse sólo con CC.OO y UGT, a pesar de que ésta última apenas participó, pero la presión de los pueblos era muy fuerte.

              En Los Corrales, al finalizar la huelga, la asociación juvenil Mandrágora compuso unas letras para el carnaval de 1991, que empezaban diciendo:

              “Se acabó la huelga ya de la aceituna,
              que por estos pueblos tanto ha dao que hablar,
              porque a bajo sueldo no cogían ni una,
              los aceituneros en la temporá.
              Por que cuesta mucho echar un talego
              y después el coche también hay que pagar,
              se ha puesto la gente pidiendo un arreglo,
              ¡ Que poco se gana harto varear!
              “¡Porqué! “, pregunta una mujer,
              que ella tenga que ser quien menos vale,
              y quien tiene que defender su condición,
              si va arrastrando por los tajos
              las rodillas y el riñón (...)"

              Untitled
              ES ADMC-018-MV-V-C031-001B-C · Item · 1990-1991
              Part of Colección Manuel Velasco Haro (1984-1995)

              Piquete en un molino de aceite de una Cooperativa de Gilena, por el inicio de la Huelga de la aceituna en 1990. Tras realizar sin éxito el piquete en el olivar por conflictos con los trabajadores de allí, los manifestantes se dirigen al molino de aceite de la Cooperativa de Gilena que procesaba esos olivos. Allí, vuelven a discutir con los mismos trabajadores del olivar, sobre las circunstancias que llevan a la huelga y sobre cómo deben de apoyarse entre los agricultores y jornaleros frente a la situación del campo andaluz.

              Los vídeos que se poseen sobre este evento, siguen el siguiente orden cronológico:


              Entre Diciembre de 1990 y Enero de 1991, tuvo lugar la mayor huelga que se recuerda en el campo andaluz de las últimas décadas. Durante más de cincuenta días se paralizó la recogida de la aceituna por varias provincias andaluzas. El punto de partida fue Pedrera. A ella se fueron sumando con fuerza todos los pueblos de la Sierra Sur, y de ahí saltó a otras comarcas de Sevilla, Málaga y Córdoba.

              Las principales reivindicaciones fueron; un salario de 3500 pesetas, frente a las 3000 pesetas que se cobraban, (18 euros actuales), así como el derecho a un trabajo digno para las mujeres, ya que ganaban menos y en muchos tajos estaban excluidas.

              En esos casi dos meses de conflicto, largas caravanas de coches recorrían carretera a carretera, pueblo a pueblo, y tajo a tajo, para mantener el pulso a la patronal, que también organizó desde Estepa una campaña de contra- piquetes y esquirolaje para romper la huelga.

              Se vivieron muchos momentos de tensión, muchas asambleas en las plazas y locales públicos, muchas polémicas; entre quienes defendían que había que ganar aquella batalla y quienes estaban dispuestos a trabajar incluso por menos sueldo, con tal de no perder ni un día.

              Finalmente la huelga logró sus objetivos con enormes esfuerzos por parte de mucha gente. Los jornales de l@s aceituner@s experimentaron la mayor subida de la historia, muy por encima de todos los convenios firmados anteriormente por UGT y CCOO.

              Desde el primer momento, la patronal quiso marginar al SOC y a la CNT de cualquier negociación, los mayores impulsores de la huelga, para reunirse sólo con CC.OO y UGT, a pesar de que ésta última apenas participó, pero la presión de los pueblos era muy fuerte.

              En Los Corrales, al finalizar la huelga, la asociación juvenil Mandrágora compuso unas letras para el carnaval de 1991, que empezaban diciendo:

              “Se acabó la huelga ya de la aceituna,
              que por estos pueblos tanto ha dao que hablar,
              porque a bajo sueldo no cogían ni una,
              los aceituneros en la temporá.
              Por que cuesta mucho echar un talego
              y después el coche también hay que pagar,
              se ha puesto la gente pidiendo un arreglo,
              ¡ Que poco se gana harto varear!
              “¡Porqué! “, pregunta una mujer,
              que ella tenga que ser quien menos vale,
              y quien tiene que defender su condición,
              si va arrastrando por los tajos
              las rodillas y el riñón (...)"

              Untitled
              ES ADMC-018-MV-V-C031-001A-C · Item · 1990-1991
              Part of Colección Manuel Velasco Haro (1984-1995)

              Piquete en un olivar, por el inicio de la huelga de la aceituna en Pedrera en 1990. Tras la manifestación, los asistentes van a un olivar para hacer un piquete y comunicar a los trabajadores del olivar que se ha iniciado la huelga, con los cuales discuten.

              Los vídeos que se poseen sobre este evento, siguen el siguiente orden cronológico:


              Entre Diciembre de 1990 y Enero de 1991, tuvo lugar la mayor huelga que se recuerda en el campo andaluz de las últimas décadas. Durante más de cincuenta días se paralizó la recogida de la aceituna por varias provincias andaluzas. El punto de partida fue Pedrera. A ella se fueron sumando con fuerza todos los pueblos de la Sierra Sur, y de ahí saltó a otras comarcas de Sevilla, Málaga y Córdoba.

              Las principales reivindicaciones fueron; un salario de 3500 pesetas, frente a las 3000 pesetas que se cobraban, (18 euros actuales), así como el derecho a un trabajo digno para las mujeres, ya que ganaban menos y en muchos tajos estaban excluidas.

              En esos casi dos meses de conflicto, largas caravanas de coches recorrían carretera a carretera, pueblo a pueblo, y tajo a tajo, para mantener el pulso a la patronal, que también organizó desde Estepa una campaña de contra- piquetes y esquirolaje para romper la huelga.

              Se vivieron muchos momentos de tensión, muchas asambleas en las plazas y locales públicos, muchas polémicas; entre quienes defendían que había que ganar aquella batalla y quienes estaban dispuestos a trabajar incluso por menos sueldo, con tal de no perder ni un día.

              Finalmente la huelga logró sus objetivos con enormes esfuerzos por parte de mucha gente. Los jornales de l@s aceituner@s experimentaron la mayor subida de la historia, muy por encima de todos los convenios firmados anteriormente por UGT y CCOO.

              Desde el primer momento, la patronal quiso marginar al SOC y a la CNT de cualquier negociación, los mayores impulsores de la huelga, para reunirse sólo con CC.OO y UGT, a pesar de que ésta última apenas participó, pero la presión de los pueblos era muy fuerte.

              En Los Corrales, al finalizar la huelga, la asociación juvenil Mandrágora compuso unas letras para el carnaval de 1991, que empezaban diciendo:

              “Se acabó la huelga ya de la aceituna,
              que por estos pueblos tanto ha dao que hablar,
              porque a bajo sueldo no cogían ni una,
              los aceituneros en la temporá.
              Por que cuesta mucho echar un talego
              y después el coche también hay que pagar,
              se ha puesto la gente pidiendo un arreglo,
              ¡ Que poco se gana harto varear!
              “¡Porqué! “, pregunta una mujer,
              que ella tenga que ser quien menos vale,
              y quien tiene que defender su condición,
              si va arrastrando por los tajos
              las rodillas y el riñón (...)"

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